Páginas

viernes, 11 de febrero de 2011

Creo que puedes leer mi mente y así tengo conversaciones contigo. Son las mismas que suelo tener cuando te pregunto en voz alta, no siempre me atrevo a hacerlo. No obtengo respuesta o creo que no la obtengo. Te comento lo que me pasa, lo que siento y como me conoces tanto, paso cosas por alto, para qué repetirse tanto... Normalmente acabo llorando, como ahora, dando rienda suelta a tanta rabia y a tanta impotencia. Las otras, acabo sonriendo, recordando tu mirada, tus frases, tu manera de hacerme sentir especial. Recuerdo las mil veces que hemos reído juntos y... ninguna en la que hayamos llorado juntos. Duele la ausencia, es un vacío como hielo en el alma, un no saber. Me he encontrado marcando tu teléfono para preguntarte cómo estás y al segundo siguiente darme cuenta de la realidad, de que no contestarás, eso me hace daño, me hunde. Me recupero imaginando que soñaré contigo, que podré, al fin, volver a verte, pero eso aún no ha ocurrido. Te necesito, soy muy egoísta pero me haces falta, es duro no tenerte aunque siempre estés conmigo. Te quiero, Pablo.

1 comentario:

  1. en su buzón de voz, hay unos cuantos mensajes míos....y si hubiese llegado a grabar un mensaje de bienvenida, estaría todo el día llamándole....

    te quiero hermana.....besos

    ResponderEliminar